La democracia de El Salvador en caída libre

Periodismo y democracia frente al absolutismo de Bukele

Periodistas agredidos, chantaje y control de medios, entre otros ataques a la libertad de prensa, relegan a El Salvador al puesto 133 del ranking anual de Reporteros Sin Fronteras

Miguel Antonio Herrero Navarro
46 min readJun 9, 2024
El periodista de El Faro Gabriel Labrador vetado de una rueda de prensa del presidente Nayib Bukele. Foto del periódico El Faro/Victor Peña.

“¿Por qué va a venir un periodista español a decirnos lo que los salvadoreños tenemos que hacer?”, así se refería el reelegido presidente Nayib Bukele hacia la prensa extranjera, después de citar una pregunta que le había realizado un periodista de El País, medio al que denominó ‘Lo País’, igual que muchos líderes de la extrema derecha española. Una noche electoral en la que se proclamó reelegido presidente, aunque en el momento que habló, el escrutinio aún no era público, pero igualmente, se hizo con el 84% de los votos. Un gran respaldo popular motivado por las políticas de seguridad aplicadas para acabar con las pandillas que imperaban en El Salvador hace años, controlando calles y distritos. Ahora ya no tienen presencia en las calles, pero, El Salvador ha ido mutando paulatinamente hacia un modelo autocrático, donde Nayib Buleke es para muchos más importante que la religión, donde la separación de poderes brilla por su ausencia, y la prensa independiente es el último bastión al que Bukele, pese a sus intentos, todavía no ha podido controlar.

En el año 2019, Nayib Bukele accede al poder tras haber ganado las elecciones presidenciales bajo las siglas del partido conservador GANA, desplazando a ARENA y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), donde Bukele militó años anteriores y del que fué expulsado. Desde ese entonces, su figura ha ganado notoriedad a nivel internacional mostrándose como un ‘líder millenial’, una figura diferente a sus predecesores y al resto de líderes internacionales, algo que sumado a sus grandes dotes comunicativas, ha ganado mucha popularidad. Además de su imagen, sus políticas han llamado la atención de mucha gente, primero por la adopción del Bitcoin como moneda propia del país, y luego por la política antipandillas que se ha vendido como un éxito, una política basada en el uso del Estado de Excepción iniciado en marzo de 2022 tras el asesinato de 87 personas en un fin de semana, lo que ha llevado a una estricta política de encarcelamiento de los miembros de las Maras Salvatrucha 13 y la Barrio 18, lo que ha supuesto tener presa al 1,6% de la población, según datos de Gustavo Villatoro, ministro de Justicia y Seguridad Pública de El Salvador, una tasa que triplica a la de Estados Unidos.

Pero por contra, el presidente Bukele ha ido afianzando su poder poco a poco en el país, controlando la Asamblea Nacional primero, cuando no tenía mayoría usando la fuerza y al ejército, y posteriormente cosechando mayoría absoluta en los comicios celebrados en 2021. Dicha mayoría le permitió hacerse con el control del poder judicial destituyendo a los cinco jueces de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, la más alta instancia de justicia del país, para colocar a afines suyos, y luego del titular de la Fiscalía General del Estado, para, igualmente, colocar a un afín suyo.

Una vez controlados los tres poderes institucionales, solo le quedaba uno: la prensa. El presidente ha logrado poner de su lado a buena parte de los medios de comunicación, especialmente televisiones, pero no ha sido el mismo caso con la prensa independiente, donde medios como El Faro han sido especialmente críticos con Bukele, y se han visto forzados a exiliar su sede social a Costa Rica.

Esta es una historia de hasta qué punto la democracia puede fallar, y hasta qué punto la ciudadanía puede renunciar a ciertos derechos en pro de la seguridad.

Una historia convulsa: cómo era El Salvador antes de Bukele

El Salvador históricamente ha sido conocido por las elevadas tasas de criminalidad y el poder que ejercían las pandillas sobre el territorio. Para comprender el fenómeno de las pandillas, hay que remontarse a finales del Siglo XX, cuando estos grupos huyen a los Estados Unidos y se instalan principalmente en Los Ángeles, donde comienzan a ejercer el poder y control territorial. Su mera existencia se basa en la existencia del otro. Habían varios grupos, pero destacaban dos principalmente: La Mara Salvatrucha 13 y la Mara 18.

Centro histórico de San Salvador, capital de El Salvador.

Un símil en el mundo de los videojuegos se podría encontrar en el GTA San Andreas, donde uno de los principales pilares narrativos es la existencia de las distintas pandillas. En el videojuego se ve como las pandillas buscan controlar el mayor territorio posible para controlar el mercado de droga, ofrecer protección y demostrar su fuerza frente al resto.

Las pandillas generaban altas cotas de inseguridad en los distintos barrios de Los Ángeles, y por ello junto a otras razones, son deportadas de vuelta a El Salvador en la década de los 90, en un momento en el que El Salvador estaba en pleno proceso de reconstrucción democrática tras los acuerdos de paz que pusieron fin a la guerra civil en 1992. Esta fue una política compartida por los dos principales partidos de Estados Unidos, Demócratas y Republicanos.

Tal y como señala el Juez salvadoreño Tony Durán, “El problema este se vino gestando luego de los 90 s, allá por el 2000 y sobre todo pues como señalan los estudios, este fenómeno de las pandillas fue un fenómeno importado con los deportados de los EE.UU.” Desde su llegada a El Salvador las pandillas se instalaron e importaron el sistema de control territorial que desarrollaron en Estados Unidos. El control era absoluto tanto en las calles, como en las cárceles.

Es cierto, que según señala la periodista de El Faro, Gaby Cáceres, “las pandillas jamás se convirtieron en un tipo de peligro para el periodismo en sí. A pesar de que desde El Faro hemos publicado crónicas donde ellos mismos han cometido distintas crueldades”. Aún así, no se puede negar la violencia ejercida, y todos los problemas que hubo en El Salvador, donde la ciudadanía no podía ir a según que zonas por el control que ejercía la pandilla contraria.

Se han ido aplicando distintas políticas tanto de mano dura con estos grupos, como de negociaciones, incluido el propio Bukele negoció con pandillas tal y como desveló El Faro. Pero no fue hasta la llegada de Bukele que se comenzó a relajar la presencia de las pandillas, aunque no fue hasta 2022 que se les declaró la guerra tras un fin de semana donde hubo 87 asesinados por pandillas y decretó el estado de excepción. Desde ese momento, si ya la democracia estaba tocada, empezó a hundirse. A través de las encarcelaciones masivas y la construcción del Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) se pudo poner freno a la violencia de las pandillas, pero… hay otra cara de la moneda.

En este podcast se narra la situación de las Maras, su influencia, y la política ejercida por los distintos gobiernos para atajar el problema.

https://www.ivoox.com/player_es_podcast_2440584_zp_1.html?c1=7c7b84

Nayib Bukele, el ascenso del presidente milenial

Nayib Bukele (San Salvador, 1981), antes de dedicarse a la política, fue un jóven publicista salvadoreño, que proviene de una familia dedicada al ámbito de la empresa de origen palestino. Se graduó en Ingeniería Industrial en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) y fundó una empresa de publicidad y marketing. Además de sus actividades empresariales, Bukele se destacó como activista social, mostrando un interés por los problemas de la juventud salvadoreña. Su capacidad para conectar con las nuevas generaciones y sus dotes comunicativas a través de las redes sociales, lo llevaron a involucrarse en la política local.

Nayib Bukele en un acto del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. Imágen del medio El Diario de Hoy.

Según cuenta el periodista y corresponsal de Radio Televisión Española (RTVE) en México José Antonio Guardiola, en el año 2016 publicó un reportaje en RTVE donde analizaba la situación de inseguridad de El Salvador titulado ‘El Salvador busca salvador’. “La percepción que me dio el país es que estaban buscando que bajara alguien de algún lugar fuera de Marte o del cielo o de donde sea y le salvara (…) Y fíjate, lo encontró en Bukele”, explica el periodista madrileño.

La carrera política de Bukele ha estado marcada por los cambios y contradicciones. En el año 2011 se afilió al partido de izquierdas, Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), en el que empieza como funcionario público, y donde según explica el diputado de arena César Reyes, se declara abiertamente de izquierdas, alabando a figuras de la izquierda latinoamericana como el Ché Guevara o Nicolás Maduro. En el 2012 entra a alcalde de Nuevo Cuscatlán, que según señala el juez Tony Durán, “la dejó quebrada”, y en 2015 se convierte en el alcalde de San Salvador, donde, según explica el juez, tuvo que negociar con el siguiente alcalde, Ernesto Muyshondt de ARENA, con quién inicialmente mantuvo una muy buena relación, para que le avalara todas esas deudas que él tenía y no lo denunciara; más adelante lo metería preso en 2021, después de que Nuevas Ideas sacara mayoría absoluta en la Asamblea, ¿los supuestos motivos? Corrupción, colaboración directa con estructuras criminales (negoció con pandillas), malversación de fondos y lavado de dinero.

Muyshondt se autoconsidera “el primer preso político de Nayib Bukele”. Ha sido absuelto de varias de las causas, pero continúa en prisión en un estado deplorable por orden de la fiscalía hasta que se resuelvan todos los delitos.

Durante su mandato al frente de San Salvador, pese a que según señala César Reyes, no se pronuncia en contra de la política del gobierno del FMLN a nivel estatal, es expulsado del partido por diferencias ideológicas, un error del que años más tarde probablemente se arrepintieran. Esto, le hace fundar en el año 2017 el partido Nuevas Ideas, y tras una alianza con la formación Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), le hace ganar las elecciones.

Su imágen ‘cool’, su dominio de las redes sociales, especialmente twitter donde suele interactuar con youtubers como AuronPlay, su barba, su juventud, y la sensación de ser un líder diferente a lo que había hasta ese momento, sumado al hartazgo de la sociedad salvadoreña con los partidos convencionales (Arena y FMLN), hacen que Nayib Bukele encuentre el momento perfecto para ascender al poder, y lo hace con el 53% de los votos en primera vuelta, algo inaudito en la democracia salvadoreña.

Lo que la población salvadoreña no sabía, era cómo iba a cambiar el país en los próximos años.

Nayib Bukele en una imágen subida a Redes Sociales durante su mandato como alcalde de San Salvador

La gestión de Bukele durante los primeros años: criptobro y mano dura contra las pandillas

Si ha habido dos cuestiones que han llamado la atención a nivel internacional ha sido su política de mano dura con las pandillas, así como la adopción del Bitcoin como moneda. Vamos por partes.

Nayib Bukele en su momento fue un gran defensor de las criptomonedas, especialmente del Bitcoin. En junio de 2021, anunció que El Salvador se convertiría en el primer país en adoptar el Bitcoin como moneda de curso legal, una medida que sin duda ha marcado la historia del país, respaldada tras la aprobación de la ley Bitcoin en septiembre de ese año. Esta decisión ha posicionado a El Salvador como un Estado pionero en la inclusión de las Criptomonedas en su economía, atrayendo inversión en tecnología blockchain y criptomonedas, y captando la atención mundial de la comunidad cripto.

La adopción del Bitcoin ha tenido varios impactos en la economía salvadoreña. Por un lado, ha potenciado el interés y la inversión en criptomonedas, algo que supuestamente podría beneficiar la industria tecnológica. Además, Bukele ha argumentado que el uso del Bitcoin podría reducir los costos de enviar remesas desde el extranjero, algo de gran interés para muchos ciudadanos. Sin embargo, la medida ha enfrentado desafíos, como la volatilidad del precio del Bitcoin, problemas técnicos en la aplicación gubernamental Chivo Wallet, además de preocupaciones sobre el lavado de dinero y la evasión fiscal. Además, según narran Gabriel Labrador, muchos negocios salvadoreños indican que no aceptan el pago con criptomonedas.

Bitcoin. Imágen de Pixabay.

Por su parte, la periodista Gaby Cáceres destaca que en materia económica el país no ha mejorado mucho ni tampoco en su gestión, y de hecho, ejemplifica el incumplimiento por parte del gobierno de promesas como pagar 20.000 dólares a docentes jubilados, medida que hasta el momento no se ha materializado. Cáceres también menciona que a pesar de las expectativas en torno al uso de Bitcoin como moneda de curso legal, la criptomoneda no ha tenido el impacto esperado en la economía del país. En sus propias palabras, “no hay dinero pues el bitcoin no nos ha venido a salvar en nada, del bitcoin él (Bukele) ya no habla.”

Por otro lado, su mano dura con las pandillas. Antes de la adopción del Estado de Excepción en 2022, su medida estrella fue el plan de control territorial implementado por el gobierno de Naib Bukele, el cual tenía como objetivo reducir la violencia y la influencia de pandillas como la Mara Salvatrucha (MS-13) y Barrio 18 en El Salvador. Se centra en varias áreas clave, incluida la ampliación del despliegue de fuerzas de seguridad, la reforma y limpieza de estas fuerzas, la implementación de programas de prevención y rehabilitación para jóvenes en riesgo, la coordinación con el sistema judicial y el compromiso de una mayor transparencia y rendición de cuentas. Si bien el Estado ha recibido apoyo popular por su enfoque en la seguridad, también ha sido criticado por no abordar las causas profundas de la militarización y la violencia.

Además, aunque desde el propio gobierno de Nayib Bukele traten de negarlo, hubo negociaciones con los pandilleros tal y como se narra en el caso catedral desvelado por el Periódico El Faro. Una de las periodistas que lo descubrió fue Gaby Cáceres, quién explica que el slogan de Bukele era que “no iba a negociar con criminales”, pero finalmente no fue así, Cáceres narra que en septiembre del 2020, Oscar Martínez, actual director de El Faro, y su hermano, publican una pieza donde afirman que miembros del Gobierno habían negociado con pandilleros de la MS-13, a cambio de apoyo electoral. Más adelante, en 2021, Gaby señala que logra “una filtración de la fiscalía que ahora el gobierno la desmanteló por completo y puso a fiscales de su confianza, de la cual me filtran un caso llamado Catedral, que el punto más importante es las negociaciones con las tres pandillas”.

No solo con una, si no con las tres pandillas, esto se visualizó, según el medio El Faro y según explica la propia periodista, que narra que “vemos a pandilleros entrando a un penal de máxima de seguridad, informantes que confirman la entrada y salida de gobiernos del representante del gobierno”. Estas imágenes se pueden observar en la pieza publicada por El Faro el 23 de agosto de 2021, firmada por Oscar Martínez, Carlos Martínez y la propia Gaby Cáceres, que fue la principal investigadora del caso.

“Yo salí del Salvador en 2022. Porque allanaron la fiscalía de las personas que estaban investigando las negociaciones con pandillas. Entonces, cuando ellas se exiliaron, a mí me dijeron que yo ya estaba en ese expediente judicial, y que los próximos a llamar y capturar era a nosotros”, explica Gaby Cáceres. Una investigación que supuso un cambio de vida temporalmente para poder protegerse, ahora ya reside de nuevo en El Salvador.

La periodista salvadoreña Gabriela (Gaby) Cáceres. Imágen de Fred Ramos.

Finalmente, después de un tiempo de paz, los días 26 y 27 de marzo, El Salvador vive uno de sus momentos más oscuros. Un total de 62 personas murieron en una matanza en la que miembros de las distintas pandillas dispararon indiscriminadamente en la calle el sábado. Se trata de la jornada más mortífera desde el fin de la guerra civil de El Salvador.

¿La consecuencia de esto? Nayib Bukele declara el Estado de Alarma en El Salvador, que persiste a día de hoy y ha supuesto la militarización del país sumado a la suspensión de garantías constitucionales, pero por contra, se ha generado mayor sensación de seguridad.

De presidente milenial, a dictador cool: el asentamiento de Bukele en la política

“El mayor éxito no es en materia de seguridad, el mayor éxito es el tema mediático, porque ha logrado lavarle la cabeza a gente no solamente a nivel nacional, sino a nivel internacional”, afirma el juez Tony Durán. Desde su llegada al poder, ha ido ganando presencia en el debate internacional, y alcanzando grandes cotas de popularidad.

Bukele es publicista, un genio del Marketing y la comunicación, sabe vender su discurso frente al resto. En sus inicios ya se hizo notar, por ejemplo, el periodista Gabriel Labrador, en una rueda de prensa que tuvo lugar en el año 2020, tras formular una pregunta al presidente Bukele, su respuesta fue que “yo tenía una agenda y que yo escribo mentiras y que yo obedezco órdenes de hacer quién, y no, soy un periodista”.

Poco a poco, Bukele se dejó ver. En el año 2020, “el confinamiento le sirvió para establecer su régimen del terror”, durante este periodo aplicó el estado de excepción para restringir la movilidad con el fin de contener el virus, y para ello, utilizó al ejército. Durante el COVID, según narra Durán, “la gente salía a sentarse a la orilla de la acera o al inicio del pasaje, pasaba el ejército, veía ese grupo de 20, 30 personas tomando aire en el encierro y el ejército lo que hacía es privarlos de libertad y los trasladaba al centro de internamiento y los tuvo tres, cuatro, cinco meses privados de libertad”, finalmente fueron liberados por orden de la sala de lo constitucional porque, según explica el juez, “el código de salud sanciona con multa el incumplimiento de una cuarentena, no con privación de libertad. Y esta gente fue detenida sin haber cometido delito, fue detenida sin base legal”.

Más adelante, en ese mismo año el presidente Bukele, que tenía minoría en la Asamblea Legislativa, entró acompañado del ejército para que le aprobaran el préstamo de 109 millones de dólares para la Fase III del Plan Control Territorial, que le serviría de arma para la lucha contra las pandillas. Según señala el medio El diario de hoy, “la presencia de Bukele en la Asamblea estuvo marcada por un preámbulo de restricciones y agresiones a periodistas por el dispositivo de seguridad, y de denuncias de diputados de ARENA y del FMLN de “acoso” y “persecución” por parte de fuerzas policiales y militares”.

Una medida que incluso fue repudiada por diputados afines a Bukele, que fue tildada por la Organización Internacional de Derechos Humanos, Human Right Watch, como “una demostración de fuerza bruta”.

Ese mismo día, congregó a sus seguidores alrededor de la Asamblea Legislativa, a quienes se dirigió afirmando que “en febrero de 2021 todos los sinvergüenzas de la Asamblea van para afuera. Les pido paciencia y si estos sinvergüenzas no aprueban esta semana el dinero del Plan Control Territorial nos volvemos a reunir acá el próximo domingo”, manifestó Bukele. Finalmente el crédito fue aprobado por la asamblea.

Muchos miembros de la comunidad internacional criticaron a Bukele y le tildaron de ‘dictador’, hecho que él mismo tomó con ironía y en su biografía de X (antigua Twitter) se puso como “dictador de El Salvador”.

Perfil de Nayib Bukele en la red social X (antigua Twitter) en septiembre de 2021.

En 2021 finalmente tuvieron lugar las elecciones legislativas, en las que el partido de Bukele, Nuevas Ideas, sacó el 66% de los votos, que se tradujo en 56 de los 84 parlamentarios que tiene la Asamblea Legislativa de El Salvador. En ese momento, según señala el diputado César Reyes, “hay una ruptura en nuestro sistema constitucional”.

Reyes explica, cuáles fueron sus primeras medidas una vez se constituyó la Asamblea Legislativa de El Salvador, “la primera acción que toma esa asamblea legislativa fue destituir a los magistrados de la sala de lo constitucional, ya del corte de lo constitucional del Salvador, en un proceso claramente ilegal y viciado, con ningún tipo de consulta, con ningún tipo de debate, pero también sumado a eso, destituyen al fiscal general de la República que estaba en ese momento, que casualmente era el que estaba investigando la corrupción de este gobierno durante la pandemia en el uso de los fondos públicos y también estaba investigando, el tema de la tregua y de los pactos que existían dentro del gobierno junto con estos grupos criminales”.

También, Cesar Reyes, explica cómo ha decaído el parlamentarismo después de lograr la mayoría absoluta, para ilustrarlo, antes se conocía la agenda parlamentaria con, al menos, 24 horas de antelación y la mayoría de cuestiones iban ya trabajadas en comisiones. “Las comisiones dentro de la asamblea no sesionan, ya hay comisiones que tienen 9 meses, 10 meses, de no sesionar absolutamente nada”, explica. Además, señala que se ha detectado un abuso de la figura de la Dispensa a Trámite, una figura pensada para tratar temas de urgencia, en la que se incluyen los temas y se votan ahí ‘in situ’.

“La actual legislatura ha abusado de esta figura que antes ellos cuestionaban, porque hay un exceso completo del uso de la figura de la dispensa de trámite en donde alrededor del más del 50% de las iniciativas presentadas por los diputados oficialistas que provienen del gobierno y de casa presidencial, son a través de esta figura de la dispensa de trámite”, explica el diputado de ARENA.

Se dice que Bukele rompe con el sistema de pesos y contrapesos de la democracia salvadoreña, instala un régimen a su imágen y semejanza avalado por el pueblo. Según señala Tony Durán, “El mayor éxito no es en materia de seguridad, el mayor éxito es el tema mediático, porque ha logrado lavarle la cabeza a gente no solamente a nivel nacional, sino a nivel internacional”.

Tony Durán, es uno de los jueces salvadoreños que se ha mostrado más críticos con el régimen de Nayib Bukele, lo que le ha llevado en varias ocasiones ser víctima de señalamiento por parte de funcionarios del Gobierno de Bukele, incluso, le ha repercutido en su carrera judicial. “Ya no existe separación de poderes, ya no existe independencia judicial. Hoy todo se maneja en casa presidencial. Los traslados, la regla general es que para que según los estándares internacionales de independencia judicial, los traslados deben ser voluntarios (…) me trasladan de San Salvador hacia una ciudad del interior del país. Y esto ha sido porque yo desde el primer momento fui bastante crítico contra el golpe a la sala”, narra Durán.

El juez Tony Durán durante una entrevista. Imágen de la revista Divergentes Digitales, cedida por Tony Durán

Esto, no es un caso aislado, el juez explica que “Nos trasladaron a un montón hacia distintas partes del interior del país a los que no nos pueden remover”, dado que otra de las políticas de Nayib Bukele fue la jubilación forzosa a los jueces que tengan más de 60 años o más de 30 años de servicio, lo que suponía un tercio de los jueces. Posteriormente la justicia tumbó esa orden, aunque a la semana siguiente la Sala de lo Civil de la Corte Suprema de Justicia revocó dicha sentencia.

El Régimen de Excepción: la excusa perfecta

Después de la masacre de marzo de 2022 Nayib Bukele proclama el Estado de Excepción en El Salvador, situación que pervive hasta hoy en día. ¿Qué implica esto?

Regulado en los artículos 29, 30 y 31 de la constitución salvadoreña, el Régimen de Excepción otorga al Gobierno de turno poderes extraordinarios para hacer frente a situaciones de crisis o emergencia, lo que puede implicar restricciones a los derechos y libertades civiles, el despliegue de fuerzas de seguridad, el control económico y, en “casos extremos”, la suspensión de garantías constitucionales, lo cual según la propia constitución no puede superar los 30 días salvo prórroga del decreto.

¿Qué ha supuesto esto?

Lo más evidente y sonado a nivel internacional ha sido la política carcelaria de Bukele. La denominada ‘guerra contra las pandillas’ ha servido para detener a todos los pandilleros, o a personas que sean sospechosas de formar parte de una de las maras. “Tenemos a 79 mil personas detenidas durante el régimen de excepción. Eso hace que el salvador tenga, ahora mismo, la tasa de encarcelamiento más grande de todo el mundo, es decir, tiene una herramienta de encarcelamiento muy agresiva, y entre las personas capturaras hay muchísimos inocentes”, explica el periodista Gabriel Labrador.

Por su parte, el juez Tony Durán señala por un lado que se han perdido garantías en los procesos judiciales con el régimen de excepción. Por ejemplo, anteriormente se requería demostrar acciones específicas, como homicidios o extorsiones, con testigos y pruebas directas, lo que implicaba un proceso judicial más vinculado a acciones directas de los miembros de las pandillas. Sin embargo, con las reformas implementadas por parte de Nayib Bukele, especialmente en el delito de asociaciones ilícitas, la importancia de las pruebas y demostrar los hechos, se ha reducido. Ahora, simplemente con demostrar que una persona forma parte de una pandilla puede resultar en penas de entre 20 y 30 años de prisión, sin necesidad de probar participación en delitos específicos. Además, se han realizado cambios en el sistema procesal penal, como el anonimato de los jueces en las actas y sentencias, lo que ha generado críticas sobre la transparencia y la responsabilidad judicial.

En palabras de Durán, “Hoy, como parte de estas respuestas políticos criminales que dio el gobierno y este paquete de reformas tanto al código penal como al código procesal penal (…) se ahorra el gobierno el tema de la investigación de hechos específicos.” Sin embargo, estas reformas también han sido criticadas. El juez señaló que el principio de identidad de los jueces garantiza la transparencia y la rendición de cuentas del proceso judicial, pero el anonimato de los jueces en el proceso judicial socava este principio. Esta falta de transparencia, señala el juez, puede socavar la confianza en el sistema judicial y limitar la supervisión pública de la equidad e integridad del proceso judicial.

Esta situación ha tenido como consecuencia directa el encarcelamiento de personas inocentes en El Salvador. Esta situación ha provocado que, según explica Gabriel Labrador, “hay cálculos que hablan de 20 mil personas inocentes detenidas, que no tienen ningún vínculo con ningún delito”.

La periodista colombiana, Andrea Aldana, conocedora de los ‘modus operandi’ de este tipo de regímenes, señala que “cuando la policía empieza a capturar así, es porque hay amenazas de degradación o porque hay políticas de recompensas. Entonces, ahí es cuando mucho inocente termina en la cárcel. Entonces, hablamos de seguridad, ¿a costa de qué?”. Esta situación no es exclusiva de El Salvador, también se han dado casos similares como en Colombia, donde según Aldana, “ los militares llegaron a matar porque les daban tres días de permiso o les daban dinero por cada baja que dieran de la guerrilla”. Esto se traducía en muertes de personas inocentes, tanto en Colombia como en El Salvador.

Andrea Aldana

El 31 de enero de 2023 el presidente Nayib Bukele inaugura el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), una macrocarcel de máxima seguridad pensada para encerrar ahí a los presos pandilleros, debido a la saturación de las cárceles salvadoreñas. El presidente Bukele publicó en X un vídeo de cómo trasladaban a los distintos presos a esta macrocárcel, unas imágenes que tenían clara su finalidad: mostrar fuerza y lucir su política.

Un centro que visitó el YouTuber mexicano, Luisito Comunica, a inicios de 2024, antes de las elecciones, o también el YouTuber español Lethal Crysis, que publicó el video el mismo día de las elecciones salvadoreñas; previamente solo pudieron entrar medios afines a Bukele a reportar la situación de los CECOT. Semanas después de las elecciones tuvieron acceso periodistas internacionales, como fue el caso de la BBC.

https://www.youtube.com/embed/69qKUoGhoQo?si=fa40XRayhpUxzldF

Cabe destacar que las condiciones de las cárceles salvadoreñas han sido objeto de controversia y preocupación, particularmente en relación con presuntos casos de tortura y malos tratos en las prisiones del país, incumpliendo las reglas Mandela acerca del tratamiento de reclusos aprobadas por la ONU.

El juez Tony Durán, señala que las denuncias de tortura no eran contra miembros de pandillas sino contra civiles encarcelados. Durán señaló que “la Mariona, el centro penal Esperanza San Luis Mariona ha sido donde quizá se han producido más estas torturas de población civil más que de pandilleros”. Es decir, que los casos de abuso y tortura no se limitaron a la pertenencia a pandillas, y también afectan a otros presos no asociados con ellas. grupos del crimen organizado. Estos testimonios han sido recogidos por el periódico El Faro, quienes han recontado todos los datos relativos a esta situación.

Durán también destaca que “las víctimas de las torturas han sido víctimas de la población civil. No son pandilleros. A los pandilleros los tienen bien”. La declaración señala un fenómeno preocupante en el sistema penitenciario de El Salvador, en el que presuntos casos de abuso y tortura parecen estar dirigidos a personas que no están afiliadas a pandillas. ¿Con qué fin hacen esto?

Tony Durán señala “para imponer miedo”. Se han documentado por parte de Cristosal, la muerte de 153 presos bajo custodia del Estado entre el 27 de marzo de 2022 y el 27 de marzo de 2023. También, señala el juez que “muchos jóvenes que han salido de prisión se han suicidado”, una situación que se produce según Durán debido a los “horrores” que se viven en las cárceles, algo que él concluye como “ la libertad ya no tiene ningún significado para ellos”.

Cuando el presidente Bukele ha hecho referencia a esto, se ha excusado afirmando “por qué se habla tanto de los derechos de los delincuentes, pero a la mayoría de la gente honrada, parece que a nadie le importan sus derechos”. Un discurso que lejos de asustar, ha acercado a muchos civiles de la comunidad internacional a su causa y a sus políticas, gracias a su dominio de las comunicaciones.

El periodista José Antonio Guardiola destaca lo preocupante de esta situación, “estamos cultivando una sociedad muy adoctrinada, muy poco reflexiva, que se queda con el mensaje corto, que no es capaz de leer libros (…), y eso hace que sea una sociedad muy manipulable. Y en el momento en que tienes una sociedad muy manipulable, el que tiene mayor intención es el que gana”.

Todo esto, según explica la periodista Gaby Cáceres, no ha sido relevante para la mayor parte de la población, dado que quienes sufrían a las pandillas eran las clases bajas, que ya no tienen que vivir subyugadas al régimen de las pandillas. Concluye Cáceres que “este joven millenial que vemos en TikTok que se ve como súper cool, que antes era amable y ahora no sé qué le pasó, ha destrozado el Salvador en el tema democrático, pero esto no le importa a la clase baja que sufría”.

Solo queda el periodismo independiente

El poder ejecutivo: Bukele y los suyos. El poder legislativo: Bukele y los suyos. El poder judicial: Pese a las resistencias, Bukele y los suyos.

¿La prensa? Bukele sabe de la importancia de controlar las comunicaciones, de que los medios de comunicación den la noticia que a tí te interesa, y el debate gire en torno a tus postulados, evitando la presencia de voces críticas, o criminalizando a las que ya existen.

Desde la llegada de Bukele, se ha ido coartando la libertad de prensa poco a poco, ya sea retirando financiación, con agresiones y/o coacciones por parte de funcionarios del Gobierno o del propio Bukele hacia periodistas, restringiendo información, o a través del uso de malware espía como Pegasus. También destaca la no concesión de entrevistas por parte del presidente a medios de comunicación, y solo a YouTubers como Luisito Comunica.

https://www.youtube.com/embed/nbmaN6WQwQk?si=WAZUPg38uR0fNMH1

“El gobierno tiene un serio problema de concebir a la prensa como un estorbo. Este es un gobierno que maneja muy bien la comunicación (…), y todo aquella disonancia, o todos aquellos hechos o relatos que no abonen a la narrativa oficial son vistas como algo que hay que extirpar que hay que eliminar”, explica el periodista Gabriel Labrador.

Muchos medios salvadoreños persistían, en parte, gracias a la publicidad del Gobierno, lo cual suponía un gran chantaje, un modelo de si estás de mi lado te doy dinero, si no, te lo quito. Uno de los casos más llamativos es el de la televisión, quienes poco a poco se han ido posicionando del lado del Gobierno. Labrador cuenta que tuvo que cerrar una de las televisiones más importantes del país, Canal 33, debido a que fue un canal bastante crítico con Nayib Bukele, “el cierre de este canal no fue inmediato sino fue sutil (…), precisamente de 2019, 2020 y 2021, este canal fue sufriendo recortes de personal, a veces tenían que cerrar distintos programas. Ese canal sufrió año a año su desmantelamiento progresivo hasta cerrar por completo”.

También ha pasado con la prensa escrita, el caso de ‘El diario de Hoy’, un medio salvadoreño de bastante renombre, en 2019, durante el primer año de Bukele, explica Labrador que tras publicar una noticia que no agradó al Gobierno, al día siguiente les llamaron para decirles que les iban a recortar la financiación para propaganda. Además, el periódico se encuentra actualmente inmerso en una demanda millonaria interpuesta por un empresario vinculado al gobierno, lo que plantea aún más interrogantes sobre la independencia judicial en El Salvador.

El caso del Diario de Hoy ejemplifica una preocupante tendencia hacia la vulnerabilidad de la libertad de prensa en el país. Precisamente, la pieza que publicaron era relativa a una noticia sobre el bloqueo a periodistas a una rueda de prensa convocada en casa presidencial. “Yo era uno de esos periodistas”, asevera Labrador.

El periodista explica que “nunca habían tenido un Gobierno que señala tan directamente a la prensa”. Esta retórica polarizadora y despectiva hacia el papel de los medios de comunicación ha creado un clima de hostilidad que pone en peligro la libertad de expresión y el papel fundamental del periodismo en la sociedad. Labrador señala que esta situación no es nueva, ya que la administración anterior del FMLN también empleaba una narrativa similar, aunque con menor intensidad. Sin embargo, con el actual Gobierno, la situación se ha agravado, generando un clima de temor e incertidumbre entre los periodistas y medios independientes.

En palabras de Labrador, “hay toda una serie de condiciones que hacen que la prensa de verdad nos sintamos como muy en el ojo del Huracán.” A esto se suma la periodista Gaby Cáceres, quién habla de que “Su argumento más fuerte no es responder a la pregunta, es ridiculizarte. Y luego de ridiculizarte, los troles, los youtubers a favor de él, que hoy él a los youtubers los considera prensa, te ridiculizan”.

Uno de los casos más llamativos, precisamente por su dura línea editorial con Bukele, ha sido el periódico El Faro, donde han llegado a tildar de ‘dictadura’ el régimen de Nayib Bukele. Actualmente, el periódico El Faro ha sido víctima de constantes señalamientos por parte del Gobierno, donde se les acusa de “tener agendas ocultas” o de “estar subrogados a los intereses de George Soros”, algo que el propio Gabriel Labrador desmiente.

Pero, ¿qué motiva a Bukele a ese señalamiento tan directo hacia El Faro? El periodista de RTVE, José Antonio Guardiola, explica que a Bulele ”un periodismo servil, un periodismo que reproduce y no que investiga y reflexiona, pues no le importaría”. Pero claro, es que el periodismo al que se enfrenta Bukele es un periodismo muy serio”.

El periodista José Antonio Guardiola durante el programa de RTVE ‘Los Desayunos de La Uno’. Imágen: RTVE

El Faro, tuvo que mover a modo de prevención su domicilio fiscal a Costa Rica, para evitar ser cerrado por el Gobierno de Bukele, aunque reflexiona Gaby Cáceres, periodista de ese medio “el siguiente paso será ser un periódico en el exilio”. Por contra, toda su estructura y sus periodistas se encuentran ejerciendo en El Salvador.

Gaby Cáceres, explica que en el año 2022 tuvo que salir del país tras la publicación del caso catedral, dado que, según narra “allanaron la fiscalía de las personas que estaban investigando las negociaciones con pandillas. Entonces, cuando ellas se exiliaron, a mí me dijeron que yo ya estaba en ese expediente judicial, y que los próximos que iban a llamar y capturar era a nosotros”. Más tarde regresó a San Salvador, donde reside actualmente.

La periodista enfrenta una situación delicada en El Salvador, ella misma explica que ha sido excluida de grupos de comunicación de instituciones gubernamentales, lo que sugiere un posible acto de represalia por su labor periodística crítica con el régimen. Además, ha recibido advertencias por parte de jueces y fiscales sobre la posibilidad de ser espiada, lo que ha generado en ella la consideración de abandonar el país por razones de seguridad. Cáceres menciona la existencia de tres causas judiciales en su contra, así como el riesgo de ser capturada bajo una nueva ley que permite la detención de personas consideradas parte de una estructura criminal, incluso sin ser pandilleros. Ante estas amenazas y riesgos, la periodista confiesa “no descarto irme, pues la verdad que creo que va a ser una medida muy segura para mí estar fuera, porque no quiero esperar que pase lo peor”.

Ahí nace la pregunta de ¿en qué momento un periodista decide huir? Según la periodista colombiana Andrea Aldana, “esta es una pregunta muy fácil de hacer desde España (…), cuando tú llevas mucho tiempo cubriendo inseguridad en países como Latinoamérica y sobre todo como son Colombia, México, Nicaragua, Guatemala, El Salvador, llega un punto en que se vuelve normal la violencia”. Explica Aldana que, “no sabe cuando es el momento de parar”.

Gabriel Labrador destaca la falta de sanciones o investigaciones por agresiones físicas y virtuales contra periodistas, registradas en el centro de monitoreo de la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES), así como la falta de rendición de cuentas por el uso de software de espionaje, como el caso de Pegasus, un arma utilizada contra periodistas a nivel internacional.

De hecho, según publicó El Faro en 2022, y corroboran Cáceres y Labrador, 22 de 30 periodistas que conforman la plantilla de El Faro han sido espiados a través del software Pegasus durante siete meses aproximadamente en el año 2021. Ese periodo fue en el que Gaby Cáceres se encontraba trabajando en el caso catedral.

Cáceres resalta que, si bien el tiempo dedicado al periodismo en el país ha permitido establecer valiosas fuentes, la revelación del espionaje mediante Pegasus pone en riesgo la confidencialidad de esas relaciones. Este panorama, advierte Cáceres, no solo afecta a los periodistas, sino que también compromete la seguridad de sus familias y allegados. La exposición de la identidad de las fuentes, junto con el posible control y manipulación de las comunicaciones, crea un entorno de extrema vulnerabilidad para el ejercicio del periodismo en El Salvador. En palabras de Cáceres, “es como poner en peligro también a las fuentes que son muy valientes, pero ponerte en peligro a tu familia y a vos igual. Entonces el panorama que viene para la prensa en El Salvador es muy, muy crítico.”

El descubrimiento del espionaje via Pegasus contra periodistas de El Faro fue el resultado de un proceso que comenzó con una leve sospecha y culminó con la confirmación de que 22 de 30 teléfonos de periodistas de El Faro estaban infectados, lo cual fue alarmante. Según relata Gaby Cáceres, periodista afectada, la organización Citizen Lab recibió información sobre la contratación de Pegasus por parte del gobierno salvadoreño. El proceso de verificación involucró el análisis detallado de los dispositivos, revelando fechas y momentos precisos en los que se activaron funciones del teléfono, como la cámara y el micrófono. Este descubrimiento llevó a la presentación de una denuncia en Los Ángeles, con el respaldo de pruebas contundentes y el aval de expertos internacionales en seguridad informática.

Gabriel Labrador durante la entrevista realizada

La revelación de este espionaje masivo supuso una reacción contundente por parte de los periodistas afectados, quienes no solo buscaron justicia legal, sino que también se esforzaron por informar a la población sobre la gravedad del asunto, y el proceso que llevó al descubrimiento. Como destaca Cáceres, el tema trasciende la mera sensación de vulnerabilidad, ya que implica un proceso meticuloso respaldado por evidencia técnica y expertos internacionales, en sus palabras “es un tema bien sensible que no se debería de tomar a la ligera”. La demanda presentada ante los tribunales, respaldada por datos detallados sobre la intrusión en los dispositivos, representa un esfuerzo por sentar un precedente y proteger la integridad y la privacidad de los periodistas y sus fuentes.

Hay que destacar que el uso de Pegasus no es nada nuevo, ya en otros países se ha hecho, como es el caso de Colombia. La propia Andrea Aldana fue espiada a través de Pegasus.

Por otro lado, las agresiones a periodistas han sido una constante durante el Gobierno de Nayib Bukele. Según datos recopilados por la APES, en 2022 se registraron 147 agresiones, y en 2023 esta cifra se elevó a 311, lo que representa un aumento del 111.6%. Las agresiones incluyen retención arbitraria, restricciones al ejercicio periodístico, acoso, ataques verbales, difamación, intimidación, acoso digital, agresiones físicas y amenazas legales.

Se han documentado casos de funcionarios públicos, medios de comunicación, gremios de periodistas, partidos políticos y usuarios de redes sociales como agresores. Las víctimas principales han sido periodistas, mujeres, hombres, medios de comunicación, fotoperiodistas y colectivos. Las agresiones han abarcado desde comentarios machistas, misóginos, homofóbicos y transfobicos hasta declaraciones estigmatizantes y amenazas. Según señala Gabriel Labrador, “El deterioro ha sido muy claro, no creo que nadie puede poner en duda eso ateniéndose a los hechos”, pero el problema con el que se han encontrado ha sido la narrativa del gobierno y el dominio de las comunicaciones.

Cualquier comunicación que realiza el Gobierno, según explica Labrador, debe llevar la autorización de la Casa Presidencial, más en concreto del secretario de Prensa de la Presidencia, Ernesto Sanabria. “El trato entre periodistas y las instituciones públicas cambió en la práctica con el gobierno de Bukele, la información comenzó a centralizarse de tal manera que como periodistas no podemos acceder a fuentes en instituciones de salud, o en el Ministerio de Educación, o en el Ministerio de Seguridad, o con la autónoma que administra los aeropuertos, porque esos esos funcionarios para dar entrevistas dependen de una autorización que proviene de casa presidencial”, explica Gabriel Labrador.

Pese a ello, los distintos ministerios cuentan con responsables de prensa, quienes no pueden contentar si no es con la autorización de Sanabria, lo que Labrador señala como “contradictorio”. Las solicitudes de entrevistas y acceso a información del Gobierno deben pasar por un proceso de autorización que puede dilatar o bloquear el acceso a los medios independientes. Gabriel Labrador destaca la dificultad que enfrentan los periodistas para obtener respuestas o acceso a funcionarios, señalando un deterioro significativo en la relación entre fuentes y periodistas. Este control se extiende incluso a la selección de medios para entrevistas del presidente, privilegiando a medios internacionales de derecha como La Fox News o a figuras de internet como es el caso de Luisito Comunica, sobre la prensa local.

A medida que los canales de televisión abierta se alinean con el discurso oficial, se observa una división entre los medios independientes como El Faro, y aquellos que siguen la línea gubernamental. Esta segmentación refleja un clima de polarización y control sobre la información, donde la prensa independiente enfrenta mayores obstáculos para ejercer su labor de informar y fiscalizar al gobierno.

Sumado a ello, la labor periodística en la Asamblea Legislativa de El Salvador se ha visto mermada, según describe el periodista Gabriel Labrador. En sus palabras, “antes teníamos cierta movilidad en la Asamblea para andar por pasillos, caminar, entrar, ir aquí, y allá, ahora, no”, lo que implica un entorno restrictivo para el ejercicio de la cobertura informativa en el Parlamento.

A esto se suma que los diputados de Nuevas Ideas, en su mayoría, no muestran disposición para conceder entrevistas, y aquellos que lo hacen son contados. Labrador señala que “los medios ahí, no buscan entrevistas con ellos, porque saben que no les interesa”. Además, la reciente remodelación en la Asamblea Legislativa ha complicado aún más el acceso de los periodistas, dado que se ha trasladado el trabajo parlamentario a la Cancillería, donde los periodistas enfrentan mayores dificultades.

Otra de las medidas del Gobierno de Bukele, aprobada durante el Estado de Excepción, es la llamada “ley mordaza”, donde entre muchas cosas, prohibieron publicar información acerca de las pandillas en los medios de comunicación salvadoreños.

Gabriel Labrador señala que estas reformas han provocado la salida masiva de periodistas del país entre 2022 y 2023, ante la amenaza de autocensura y el clima hostil hacia la prensa independiente. La legislación permitía incluso el espionaje electrónico, explicado anteriormente a través del uso de malware como Pegasus.

El diputado opositor de ARENA, César Reyes, destaca cómo estas medidas legales han erosionado las garantías constitucionales, como el derecho a la privacidad de la comunicación, bajo el pretexto de combatir la criminalidad. También hablan de la Ley de agentes extranjeros, aunque no aprobada, plantea nuevas amenazas al imponer impuestos a la cooperación internacional y limitar el financiamiento de proyectos independientes, como es el caso de El Faro. Con la aprobación de la ley, explica Labrador, si alguna asociación extranjera quiere financiar algún proyecto, tienen que conseguir una autorización del Ministerio de Gobierno para que se certifique si ese programa de interés público o no, porque si no es interés público, entonces tiene que pagar 40% de impuestos al Gobierno, lo cual hace inviable cualquier tipo de cooperación. “Este es un modelo que se implementó en Nicaragua y que cortó mucha ayuda internacional. Y en este modelo es cómo se financian los medios independientes, pues nos podría afectar muchísimo”, denuncia el periodista.

El diputado César Reyes durante una conferencia. Imágen del partido ARENA.

Otro de los factores ha sido, además del ninguneo a la prensa, recurrir al uso de las redes sociales, primero X, ahora TikTok; redes que utiliza para vender y viralizar su discurso, no solo en el propio país, si no a nivel internacional. Sumado a esto, Bukele, que rara vez concede entrevistas a los medios de comunicación, más allá de alguna rueda de prensa, ha sido entrevistado por YouTubers latinoamericanos reconocidos internacionalmente como fue el caso de Luisito Comunica.

La participación de estas figuras en la promoción de la figura de Nayib Bukele a nivel internacional ha sido notable, según explica Andrea Aldana. Ella menciona que estos líderes de opinión en redes sociales, al igual que Milei en TikTok, desempeñan un papel muy significativo en la formación política de la población joven. “Lo que pasa es que Milei y Bukele tienen dos cosas en común, y una de ellas es que son expertos maestros de las redes sociales”, explica Aldana. Este fenómeno, señala, lleva a los líderes políticos a buscar visibilidad a través de figuras como Luisito Comunica para llegar a un público más amplio y conectar con el electorado joven.

“Él no acepta ninguna entrevista a medios salvadoreños”, lamenta Gaby Cáceres, destacando la preferencia del presidente por otorgar entrevistas a Youtubers antes que a periodistas, que al final no investigan, simplemente venden el discurso que le da el Gobierno. Esta situación, explica Cáceres, plantea interrogantes sobre la relación entre el gobierno y los influencers en redes sociales, así como sobre la imparcialidad y objetividad de la información que se difunde.

Por su parte, el periodista José Antonio Guardiola reflexiona sobre el impacto de este fenómeno en la credibilidad del periodismo tradicional, “es evidente que hay unos diseños estratégicos y que tienen mucho que ver también con la voracidad con la que la sociedad se traga mensajes simples a través de redes sociales”. Este escenario plantea un desafío para el periodismo, que ve disminuir su influencia frente a la popularidad de los influencers en las redes sociales, quienes pueden estar vinculados a intereses políticos y económicos específicos. En este sentido, la presencia de Youtubers como Luisito Comunica en la esfera política refleja una transformación en la manera en que se consume y se entiende la información en la actualidad, algo en lo que todos coinciden en que Bukele ha sabido utilizarlo para vender su mensaje.

Según el propio Bukele, no existe censura a la prensa en El Salvador dado que “no hay periodistas presos o muertos”, a diferencia de otros países de Latinoamérica. Labrador reflexiona y afirma que ese “no puede ser el parámetro”. A esto añade que “ya hubo un periodista preso, tuvo casi un año, Victor Barabona, él tenía un programa de un programa de radio, entrevistó a alguna gente en su programa, que es un poco crítica al gobierno y al día siguiente lo capturaron”.

2024: Unas elecciones irregulares donde el Bukelismo triunfa

¿Cuál ha sido la consecuencia directa de la política comunicativa de Bukele? La más evidente sin lugar a dudas ha sido ganarse un gran apoyo popular en las pasadas elecciones del mes de febrero de 2024, en total, logró el respaldo del 84% de los sufragios emitidos. Una victoria, desde luego, incontestable.

Este ha sido un proceso que sin duda alguna ha estado marcado por las irregularidades. La primera es la más obvia, si nos vamos a la Constitución salvadoreña, nos encontramos en el artículo 152 lo siguiente:

“No podrán ser candidatos a Presidente de la República:

a. 1º- El que haya desempeñado la Presidencia de la República por más de seis meses, consecutivos o no, durante el período inmediato anterior, o dentro de los últimos seis meses anteriores al inicio del período presidencial”

O, por ejemplo, en el artículo 72 se dice lo siguiente:

“Art. 75.- Pierden los derechos de ciudadano :

[…] 4º- Los que suscriban actas, proclamas o adhesiones para promover o apoyar la reelección o la continuación del Presidente de la República, o empleen medios directos encaminados a ese fin;”

Es decir, que la reelección está prohibida. O sea, Bukele ha sido reelecto como presidente de la república pese a que la constitución lo prohíbe, es más, en el artículo 88 se dice que en caso de que se viole la prohibición de la reelección presidencial, “obliga a la insurrección” del pueblo. Pero… ¿cómo se ha permitido esto?

Lo cierto es que Bukele no ha inventado nada nuevo, explican el juez Tony Durán y la periodista colombiana Andrea Aldana. Durán señala paralelismos con casos como los de Honduras, Venezuela y Perú, donde líderes políticos han intentado socavar las instituciones democráticas para perpetuarse en el poder. Andrea Aldana comparte esta preocupación, destacando que “Nayib Bukele hizo lo mismo que Álvaro Uribe, en mi país, cuando fue presidente. Colombia y El Salvador tenían la reelección prohibida por constitución y esta gente lo que hizo fue pasarse por la faja de la constitución.”

Con la Sala de lo Constitucional conformada por jueces afines a Bukele en El Salvador, se ha reinterpretado la constitución para, en palabras de Durán, “donde dice prohibido, entendamos que quiere decir permitido”. Se solicitó por parte del Gobierno la autorización a esta Sala, quienes validaron la candidatura de Nayib Bukele a la reelección, pero para ello el presidente y el vicepresidente, Félix Ulloa, debían solicitar una ‘licencia de función pública’, como si fuera una especie de excedencia, durante los seis meses anteriores a la toma de posesión del presidente, que sería desde el uno de diciembre de 2023 hasta el 31 de mayo de 2024. Para ello Bukele dejó las competencias de la presidencia a la presidenta de la junta directiva de la Dirección de Obras Municipales, Claudia Rodríguez de Guevara. Aunque, los títulos de presidente y vicepresidente los seguirán ostentando Bukele y Ulloa. El decreto de nombramiento fue convalidado por la Asamblea de El Salvador, donde Nuevas Ideas tiene Mayoría Absoluta.

Durán, que se considera no como un juez de oposición como le señala Bukele, si no como “un juez de la constitución”, carga contra la resolución de la sala de lo constitucional afirmando que “según la Sala, la gente tiene el derecho humano a reelegir al presidente, así lo han dicho también algunos colegas que se han vendido al régimen (…), escribiendo a favor e interpretando de manera torcida también los hechos, no hay un derecho humano a reelegir al presidente. Eso es lo más absurdo y falso”. Sentencia que “la primera idea de la democracia es el respeto de las reglas constitucionales, separación de poderes, independencia judicial”.

El juez Tony Durán durante una marcha de jueces con organizaciones sociales y ciudadanos. Imagen de El Diario de Hoy.

El juez Durán señala que “desde el momento en que removió a la Sala de lo Constitucional, esto es una dictadura”. Señala prácticas como el linchamiento mediático hacia la oposición o cualquiera que le llevara la contraria, el uso indebido de fondos públicos para propaganda gubernamental, la inauguración de obras públicas o la entrega de regalos con fines electorales durante las semanas previas a las elecciones, como claros ejemplos de cómo se han trastocado los principios democráticos básicos en el país, lo que ha facilitado la victoria de Bukele.

Desde los partidos de la oposición, el diputado de ARENA, César Reyes, expone las dificultades enfrentadas por los partidos de oposición, describiendo un escenario en el que fueron objeto de ataques indiscriminados, incluyendo la incautación ilegal de la sede de su partido, y la negación de acceso a la deuda política destinada a financiar la campaña electoral, un dinero que se otorga a los partidos en función del resultado electoral. Además, denuncia un proceso electoral plagado de irregularidades, con violaciones que van desde la reelección presidencial ilegal hasta la toma mayoritaria de mesas electorales por parte de militantes oficialistas, con la complicidad evidente de un tribunal electoral subyugado al oficialismo, señala. Reyes, siguiendo el discurso de Durán afirma: “Estamos en una dictadura”.

Cesar Reyes también comenta que se planteó la posibilidad de presentarse juntos los partidos de oposición, y de hecho, él era partidario de llegar a ese acuerdo, pero lne pudo alcanzarse. Explica que “lastimosamente no se pudieron lograr esos acuerdos políticos necesarios porque también hasta cierto punto el gobierno pues tenía sus tentáculos metidos en ciertos actores que estaban participando. Y eso pues obligó a que no puedan lograr los mejores entendimientos dentro de la oposición política salvadoreña”.

Por parte del trabajo de la prensa, el periodista Gabriel Labrador señala que ha sido “una campaña muy atípica, porque por primera vez no da la impresión de que haya una competencia real entre partidos. Fue el partido del gobierno Nuevas Ideas, un partido que ha logrado instalarse con una mayoría muy aplaudida, muy querida por la población”. Pese a ello, la prensa internacional, según explica el periodista de RTVE José Antonio Guardiola, no ha tenido grandes problemas para cubrir las elecciones de este año, algo que el propio Bukele reprochó afirmando que “no sé de qué se quejan, si ustedes vinieron aquí y pudieron trabajar”,

Guardiola explica que él no percibió ninguna maniobra “para que los periodistas no pudiéramos hacer nuestro trabajo. Más allá de que el poder busca siempre transmitir un mensaje y tú tienes que zafarte para poder contar lo que tú consideras que es apropiado. Es decir, pudimos entrar, últimamente cada vez está más complicado entrar a determinados países”. Es más, destaca que la presencia de la prensa internacional ha servido de “protección” para la prensa local de El Salvador.

Ahora, no es oro todo lo que reluce, dado que el trato a la prensa durante la campaña electoral no tuvo nada que ver con lo que se vivió en la propia campaña, explica Gabriel Labrador. Señala que en las elecciones de 2024 en El Salvador, ha habido situaciones que han dificultado la labor periodística. Durante la jornada electoral, se han documentado agresiones contra la prensa, como bloqueos a la cobertura de los centros de votación, restricciones al ejercicio periodístico, declaraciones estigmatizantes por parte de funcionarios, acoso digital e intimidación.

Estas agresiones han sido registradas por la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES) y su Centro de Monitoreo de agresiones, evidenciando un ambiente hostil hacia los periodistas durante el proceso electoral. En total, desde el 9 de julio de 2023 hasta el seis de marzo de 2024 se han registrado un total de 322 agresiones hacia periodistas, de las cuales, la inmensa mayoría se registraron con motivo de las elecciones presidenciales.

El centro de monitoreo ofrece datos desglosados acerca de quiénes son los agresores, en su mayoría funcionarios nombrados por el Gobierno de Bukele; además de cuáles son las agresiones más comunes, que son las restricciones al ejercicio periodístico, declaraciones que estigmatizan el ejercicio periodístico o el acoso en redes sociales.

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Durante la jornada electoral se vieron esas acciones, además, de algunas situaciones vividas en los colegios electorales, por ejemplo, cuenta el juez Durán que las mesas electorales en vez de estar compuestas por ciudadanos anónimos que no formen parte de los partidos políticos, sin embargo cuenta que “el Tribunal Supremo Electoral escogió a esta gente, los capacitaron semanas antes y el día de las elecciones la gente del partido de Bukele se había tomado los centros electorales desde las 3:00 a.m.”

El Juez destaca que estas acciones facilitaron la presencia de miembros del partido gobernante en las juntas electorales, lo que cuestiona la imparcialidad del proceso. Además, resalta que “al cierre de los escrutinios, las cajas no fueron selladas, no fueron embaladas, no habían actas en físico para levantar los votos, había que llenarlas en el sistema,” lo que permitió la manipulación de los resultados electorales. Asimismo, Durán explica cómo se reformaron las reglas electorales antes de las elecciones para favorecer al partido mayoritario, afirmando que “han reformado, bueno, el Tribunal Supremo Electoral que está sometido a ello, el árbitro electoral, las reglas electorales a su favor, la junta de receptores de voto a su favor.”

Por otra parte, cuenta Gabriel Labrador que se vetó el acceso a periodistas a los colegios electorales durante la jornada electoral. “Hay un manual del tribunal supremo electoral que decía que la prensa iba a tener acceso antes, durante y después del proceso electoral en las diferentes etapas. Y, sin embargo, se nos bloqueó el acceso en muchas ocasiones”, señala el periodista.

Pero si algo llamó la atención fue que el mismo día de la noche electoral, el presidente Bukele dió una rueda de prensa acerca de las elecciones. En la conferencia, cargó contra varios medios de comunicación como el caso de Univisión diciéndoles que “escuchen a su poca audiencia” o al New York Times afirmando que “no me creo nada de el New York Times”, así en varias ocasiones. Una vez finalizada la rueda de prensa, Bukele salió a autoproclamarse vencedor de los comicios, pese a no conocerse los resultados oficiales, donde cargó duramente contra un periodista de El País que le preguntó acerca del estado de la democracia salvadoreña. “¿Por qué va a venir un periodista español a decir lo que tenemos que hacer?”, se refirió el presidente Bukele.

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Bukele se escuda en que “el pueblo salvadoreño habló”, y mayoritariamente eligió revalidar su proyecto político. Es más, niega que en El Salvador no haya democracia, asegura que ahora sí que la hay, antes no. Las tasas de popularidad de Bukele son elevadas tanto en El Salvador, como fuera de El Salvador, la razón es sencilla: ha dado al pueblo lo que ansiaba, la seguridad. Pero no hay que perder de vista lo que se ha explicado a lo largo del reportaje, se han perdido las garantías constitucionales.

¿Qué han elegido los salvadoreños?

El principal problema que tenía El Salvador hasta hace unos años eran los graves problemas de inseguridad que se vivían a causa de la presencia de las maras, así como los problemas de corrupción sistemática, ahora, eso ya se ha erradicado. Bukele ha dado seguridad al país, pero a cambio la ciudadanía ha renunciado voluntariamente a determinados derechos, lo explica Andrea Aldana: “ante situaciones de inseguridad, grandes y fuertes, la ciudadanía está dispuesta a conceder derechos civiles a cambio de seguridad. Eso es algo que lo sabe cualquier estratega militar”.

Líderes de la Mara Salvatrucha 13 en la cárcel de Ciudad Barrios en 2012. Imagen de Paul Coll/Ruido Photo

Gaby Cáceres, periodista salvadoreña, explica que “los que sufren esto es la clase muy baja. Y la clase muy baja es la que ahorita le ha dado el poder a Bukele de poder reelegirse, porque para ellos el tema de la democracia no les ha servido”. Son las personas de clase baja quienes han vivido en primera persona la violencia de las pandillas, y ahora no hay pandillas y pueden salir a la calle sin temor a cruzar un barrio por el que no deben ir, ¿pero a qué precio?

Hay parte de la ciudadanía que es conocedora de las situaciones que se han expresado a lo largo del reportaje como secuestros, encarcelaciones arbitrarias, asesinatos, manipulación, etc. Pero da igual, porque Bukele, según explica el periodista Gabriel Labrador, ha sabido vender el mensaje de “o yo, o vuelven las maras”. Sumado a esto, hay miedo por parte de la ciudadanía salvadoreña que ha sido víctima del lado oscuro del Gobierno de Bukele.

El diputado opositor Cesar Reyes alega que “la gente puede saber que están en esos casos, pero es que el miedo es muy latente, ya”, algo que pudo ver durante la campaña electoral. Este sentimiento de temor se manifiesta en la cautela de los ciudadanos al expresarse, incluso en situaciones privadas, por temor a represalias por parte de las fuerzas de seguridad del Estado. Aunque algunos ciudadanos están agradecidos por la disminución de la violencia directa ejercida por grupos criminales, surge una preocupación acerca de quién está detrás de la nueva ola de violencia. Reyes destaca ejemplos alarmantes, como el caso de una madre enjuiciada y encarcelada tras ser “señalada injustamente por el Gobierno“ mientras buscaba a su hija desaparecida, hechos que le acarrearon lo que evidencia una creciente persecución por parte del gobierno hacia quienes cuestionan la narrativa oficial.

El presidente Nayib Bukele acude a votar en las elecciones presidenciales de 2019. Imágen de Reuters.

Tampoco es que la gestión ordinaria de Bukele sea para algo para resaltar en positivo. Según narran las distintas fuentes, mucha gente tiene que seguir abandonando el país para poder subsistir debido a la falta de oportunidades en El Salvador. O también, el día a día del salvadoreño promedio se ha dificultado en algunos puntos, el juez Tony Durán lo ejemplifica con el caso de las señoras que hacen Pupusas, que según explica ahora tendrán que hacer un pago de 50 dólares mensuales por hacer Pupusas. “ Es, digamos, la letra pequeña del contrato”, afirma el juez.

Pero también destaca lo lejos que ha llegado la propaganda, Durán narra que conoce el caso de una señora que tiene a sus tres hijos en la cárcel “decía que iba a votar por Bukele porque el hombre estaba haciendo bien las cosas y porque sus hijos estaban bien ahí adentro en prisión, porque muy probablemente (si estuvieran fuera) ya se los hubieran matado, ya estuvieran muertos”.

Pese a todo ello, señala el periodista José Antonio Guardiola que a la hora de acudir a cubrir las elecciones de El Salvador, tenía que cambiar el chip. “Yo no podía ir con el resabio occidental de que una sociedad tiene que ser libre, democrática, los tres poderes, independientes, porque lo que ha vivido El Salvador no nos lo imaginamos en ningún país de Europa. Con lo cual lo que reclamaba la sociedad no tenía que ver con lo que reclamamos nosotros”, afirma Guardiola. La sociedad salvadoreña pedía seguridad, y Bukele se lo ha dado.

El futuro de El Salvador es incierto, pero las distintas fuentes aseguran que no será positivo. Nadie tiene la receta mágica para derrotar a Bukele o parar las políticas autoritarias.

Tanto César Reyes como Tony Durán ponen el centro en la valentía, El diputado Reyes afirma que por lo único que está agradecido al régimen el salvadoreño promedio es por haber garantizado seguridad, “el salvadoreño necesitaba que se le resolviera el problema y en seguridad del país, sí que no importa los cómo, no importa si hicieron preguntas, no importa si negociaron, no importa si están protegiendo a los líderes de las pandillas”, afirma.

Reyes cree que la estabilidad y la popularidad de Bukele podría decaer en los próximos años. Reyes expresa preocupación por la situación económica del país, donde los altos costos de vivienda y el bajo salario mínimo dificultan la vida de los salvadoreños. Como afirma Reyes, “toda esta situación genera una situación de incertidumbre de pobreza en nuestro país que obliga automáticamente a los salvadoreños a tener que migrar y buscar su proyecto de vida, pues en otro país no importa dónde porque en El Salvador ya no lo puede conseguir.” Además, señala los casos de corrupción en el gobierno como un factor que agrava la incertidumbre y socava la confianza en las instituciones democráticas. La modificación de leyes electorales para consolidar el poder también genera preocupaciones sobre el rumbo del país, lo que lleva a Reyes a advertir que El Salvador podría estar encaminándose hacia “la nueva dictadura de la región”.

El diputado César Reyes durante la entrevista realizada.

Pero para ello, el periodista Gabriel Labrador añade que hace falta empoderar a la gente. El señala que “la solución viene por dentro… Esto se resuelve con empoderar a la gente… el día que se actúa y que piensa en yo puedo cambiar esto, que se piense colectivamente, ahí creo que vamos a empezar a ver un cambio.” Sin embargo, reconoce los desafíos que implica este proceso, especialmente dada la popularidad del presidente y la lógica de supervivencia predominante en la sociedad salvadoreña, una lógica liberal. Por otro lado, Gaby Cáceres resalta la debilidad de la oposición, e igual que Labrador, la falta de movilización ciudadana como obstáculos para enfrentar el poder de Bukele. Ella admira a los jóvenes líderes que intentan desafiar al gobierno, pero señala que la oposición en general está demasiado fragmentada y falta de fuerza. Destaca la necesidad de una mayor movilización popular, similar a lo que se ha visto en otros países de la región, pero resalta el temor generalizado a salir a las calles.

Aún así, por la parte del periodismo, la colombiana Andrea Aldana señala que “el periodismo no está para parar nada”, dado que, según explica, “la función del periodismo no es frenar esto, sino ser la información del contrapoder, lo que el poder no te quiere contar”.

Metodología del reportaje

La elaboración del reportaje ha tenido tres fases de trabajo, una primera de documentación previa, luego la fase de entrevistas, y por último la de redacción.

Fase 1: Documentación previa

La primera fase se centró en la recopilación de artículos, informes, podcasts y otros materiales para entender el contexto y la historia de El Salvador, culminando en la reelección del presidente Nayib Bukele. La popularidad de Bukele y la compleja situación con las pandillas hicieron esencial esta etapa para comprender el panorama actual del país.

El podcast “Las Maras y la guerra de Bukele” del medio El Orden Mundial fue uno de los primeros recursos analizados, abordando el impacto de la política de mano dura de Bukele y su popularidad en Latinoamérica. Se destaca el debate entre libertad y seguridad, señalando que Bukele prioriza soluciones rápidas, a menudo a costa de principios democráticos. El podcast también explora el origen y la evolución de las maras, enfatizando su papel comunitario en contraste con los carteles de drogas.

Otro recurso clave fue el podcast “Las dos caras del modelo Bukele: el precio de un país sin pandillas” de El Hilo, que examina la reducción de la violencia a costa de detenciones arbitrarias. El reportaje de Óscar Martínez para El Faro y el informe de Cristosal “El modelo Bukele: seguridad sin derechos humanos” también fueron cruciales para entender las consecuencias de las políticas de Bukele, como la alta tasa de encarcelamiento y la represión estatal.

Además, se revisaron el libro “Los muertos y el periodista” de Óscar Martínez y “Sustancia de Hígado” de Michelle Recinos, ambos ofreciendo perspectivas críticas sobre el gobierno de Bukele y las condiciones en El Salvador. El podcast “En la mente de Nayib Bukele” de El Orden Mundial y el artículo “Nayib Bukele: populismo e implosión democrática en El Salvador” de Ricardo Roque Baldovinos proporcionaron análisis sobre la figura de Bukele y su impacto en la democracia salvadoreña.

Reportajes de El Faro y RTVE también fueron consultados para entender la situación previa y actual del país. Esta fase fue fundamental para obtener una visión integral de El Salvador, permitiendo identificar fuentes confiables y comprender la complejidad del tema.

Por último, se comenzó a recopilar y a estudiar posibles fuentes para la fase dos de entrevistas.

Fase 2: Entrevistas

Tras la documentación, se contactaron posibles fuentes para entrevistas. La primera fue Andrea Aldana, periodista colombiana en el programa “Elche, espacio seguro para la libertad de prensa”. Su perspectiva ayudó a entender los retos del periodismo en Latinoamérica. Se entrevistó también a José Antonio Guardiola de RTVE, quien ha cubierto las elecciones en El Salvador.

Se realizaron entrevistas telemáticas con los periodistas de El Faro, Gaby Cáceres y Gabriel Labrador, quienes proporcionaron información sobre la censura y las dificultades para ejercer el periodismo bajo el gobierno de Bukele. También se entrevistó al juez Tony Durán y al diputado opositor César Reyes, quienes aportaron perspectivas jurídicas y políticas sobre el gobierno actual.

A pesar de varios intentos, no se logró contactar con el Gobierno Salvadoreño para obtener su punto de vista. Las entrevistas fueron transcritas utilizando diversos softwares, aunque se enfrentaron dificultades técnicas y de calidad.

Fase 3: Redacción

La redacción del reportaje siguió un esquema cronológico, comenzando con la historia de El Salvador post-guerra civil y avanzando hasta la actualidad. Se detallaron los cambios políticos y el impacto de las pandillas, complementado con un podcast específico sobre el tema.

El reportaje cita entrevistas y analiza cómo cada periodo ha tratado a la prensa, destacando la degradación de las condiciones bajo Bukele. Se documentan casos de censura y ataques a periodistas, con testimonios y datos de la APES.

El apartado de conclusión explora por qué Bukele ha sido reelegido y las implicaciones para el futuro de El Salvador y el periodismo en América Latina.

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Miguel Antonio Herrero Navarro
Miguel Antonio Herrero Navarro

Written by Miguel Antonio Herrero Navarro

Estudiante de Comunicación Audiovisual y Periodismo.

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